No es que sea mala onda, simplemente soy simpática en la dosis justa.
Y es por eso que en 4 años de facultad, a los conocidos los cuento con los dedos de una mano. Me parece que ya huelo a los caretas que se quieren hacer los amiguitos para pedirte los apuntes o a los hipócritas que me van a hablar de cosas que no me interesan.
Ai, y bue, empezaron las clases. Here we go again.